martes, 21 de junio de 2011

Tengo un amor sin usar


- Ustedes que me leen, saben que dije que le iba a decir que aparezca en mi vida de nuevo, que aunque no tenia tiempo para salir, que quería que esté ahí conmigo un ratito, simplemente, que esté.
Pero, ¿no les pasó de ver a una persona y sentir que se les para el mundo?
Verlo que me vio venir, y sonrie.



Verlo fumar. (con lo que me puede ver a la gente fumar)


Escucharlo hablar, sin saber que dice, pero si el sonido de la voz fuera abrazable, lo habría tomado y jamás dejado ir.


Olvidarme de todo aquello que pensaba decirle, aunque antes halla querido gritárselo.


Aunque la gente mire, sentí que son solo espectadores, pero que la obra de teatro es protagonizada solo por solo nosotros dos.


Y los ruidos, que los ruidos de la música de los vecinos, de los vehículos, de las personas hablando, se unan y queden en total silencio.


Sentir algo adentro mío, llamémosle mariposas, pero quiero sentir eso una y otra vez, y que el efecto dure un tiempo.
Quizás jamás le diga nada, obviamente que se lo imagina. Y ahora estoy planeando en como contactarlo, ya que odia la tecnología.
Siempre soy igual, digo que voy a decirle algo, y ni siquiera se me pasa por la mente en ese momento. 








miércoles, 15 de junio de 2011

I love handbags

























“Si un bolso es atractivo te hace sentir bien. Se trata de la proporción, la forma, la linea, el material, el equilibrio. Si todo ello es agradable, se venderá. Si es más que eso, tienes que poseerlo porque si no te mueres” – Tom Ford

viernes, 10 de junio de 2011

Dos amantes del montón




Por el centro todos conocen la historia
del mas pillo y la mas bella del condado
y aunque tiene momentos de poca gloria
es un cuento que merece ser contado.
[...]
esa magia que los condeno

a vivir eternamente entre el tedio y la pasión

el instinto y la razón

entre la perseverancia y la cruel resignacion

esa magia que nos los va dejar ser

dos amantes del montón.

xoxo, Ela.

domingo, 5 de junio de 2011

Y todo lo que haces por obligación, se lleva la alegría de tu corazón.

Hay una canción que dice: Poder decir adiós, es crecer. Sabias palabras, siempre pensé en esto. Pero caí en la realidad recién hoy, cuando veo a mi hermana menor dormir para ir al colegio mañana, al cual yo no iré nunca más como una alumna, eso pasó, fueron los últimos tres años de mi vida. Usualmente me levantaba, desayunaba algo rápido porque en menos de dos horas tendría que almorzar y me bañaba y vestía a las corridas, dejando mis cosas por todos lados, en el baño, en el espejo de la cocina o del living, en el sillón, contrario a el orden que siempre deseo. Tomar el colectivo mientras iba hablando desde mi LG con alguna de mis amigas para encontrarnos en el quiosco de siempre, quiosquin dicho con amor. Sonreir, reir, saltar, estudiar, hacer sociales, volver a reir, llorar de dolor de estómago provocado por la risa o por algún suceso que haya sido malo, que no fueron muchos. Mi secundaria fue increíble, empecé con mi mejor amiga de la infancia, la cual ahora ni siquiera sabe que existo, y no me avergüenza decirlo o publicarlo, porque gané a seis amigas increíbles en esos años, las cuales me apoyan en todo. Y con el fin de la secundaria, nos dimos cuenta que no sólo éramos seis chicas con personalidades totalmente diferentes, sino que nos ganamos gente que nos quiere y a la cual seguimos viendo. Esto parece una carta de despedida, espero que no lo sea, siempre me costó terminar las etapas. “Me voy a casar con Peter Pan para no crecer” dije toda mi vida, y acá estoy con 18 años escribiendo estos renglones (que ni siquiera lo son) de un documento nuevo en word, sin saber si lo voy a publicar alguna vez en mi vida, pero mientras, se me caen algunas gotas de los ojos, lágrimas. ¿De que serán esas lágrimas? Además de saladas, tienen una sensación de cada imagen que recorre mi mente, un sabor que va cambiando, según pasa el tiempo.


Las fotos no tienen nada que ver, son recientes, pero fue de esos días en los que querés decir BASTA y prestarte atención.









No recuerdo todos los días, pero sé que en algún momento todo iba bien.


ELA.